Considero al arte como una interrelación energética de líneas, colores, texturas e intensidades. Expresar un Todo y Nada a la vez, que moviliza artísticamente la animación vital de la obra, que respira, sonríe y late con el ambiente. Ese TODO, traslativo y empático, hace que cuando la obra vive transforme rostros en sonrisas, penumbra en luminosidad y casas en hogares.