
El proceso comienza con el teñido de la tela con componentes naturales como carbón, hierbas, café y pétalos de flores. Luego, se aplican acrílicos solubles en agua para generar puntos enfocados.
Se utilizan varias herramientas; desde los tradicionales como brochas, espátulas y pulverizadores, hasta otros experimentales, autodiseñados con cerda, paja o tela, en forma de escobas o mopas. Los trazos y texturas resultantes tienen una personalidad única.
Una vez pintadas, se podían exhibir o enmarcar.
La gama de colores proviene de pigmentos naturales; como, tonos negros, grises, marfil, marrones, ocres y verdes.
En línea con el sentir contemporáneo, su arte está atravesado por la sustentabilidad. Desde la selección de telas de algodón natural, acrílicos solubles en agua y pigmentos naturales, hasta el uso de madera sin terminar en marcos. Por lo tanto, cada obra de arte es un objeto vivo que mostrará el tiempo que fluye a través de él