Mi trabajo en el campo de la escultura es una incursión hacia lo elemental del proceso de creación, un continuum de ejercicios rudimentarios en los que confluye la torpeza del pensamiento, la determinación del instinto  y el fervor de la contemplación. Un manojo de varillas de madera o metal dan inicio a un procedimiento que me remonta al estado primitivo de un sujeto construyendo su refugio. La resultante es una serie de objetos cuyo relato visual resuena en las cuerdas de mi propia existencia.