
La pintura de Javier Delfino transita por diferentes formatos y materiales, utilizando soportes
tradicionales e irregulares. Al igual que sus ideas que suelen ser en ocasiones concretas y en otras
abstractas, logra traducir el lenguaje dándole color y forma a lo que son sus sentimientos y
pensamientos. Es aquí donde encuentra la inspiración para crear. Motivado por el deseo, la
pasión, el conatus, un perseverar en ser, del revelarse ante la clausura, sosteniendo el hacer,
desembocando inexorablemente en planos de color que se harán visibles pictóricamente a través
de relaciones cromáticas y formas impensables. El acto creativo se manifestará y encontrará
formas de expresarse a través de un dibujo, una pintura y así el lenguaje surgirá. Es el deseo
mismo que se transforma y atraviesa el cuerpo, de este modo inevitablemente se produce un
recorrido que se traducirá a partir de una búsqueda trashumante, manifestando en cada espacio
de ese andar imágenes y sentidos. Indefectiblemente la pintura sale del ser como causa
inmanente.